martes, 12 de enero de 2010

Vuelta de página


Otra vez en Salamanca, otra vez de exámenes y sin embargo, me siento la persona más feliz del mundo. Después de pasar las Navidades en casa de mis padres, rodeada de familia, amigos y conocidos; haciendo todo a medias (medio estudiaba, medio salía); te das cuenta de que la vida es un proceso, un camino que recorres tú solo, hay personas muy importantes que te acompañan durante más o menos tiempo, pero es dinámica, no para. Y la gente va pasando, algunas personas permanecen, otras están físicamente pero no las sientes cercanas. ¿Qué pasa? ¿tenemos que lamentarnos? Yo creo que no. Las personas evolucionan (o por lo menos la mayoría) y nuestra personalidad, nuestra cognición, cambia. No es bueno atar a las personas. Hay que atreverse a pasar página.


Nunca sabes cuándo te vas a encontrar a personas especiales, que van a dejar una huella profunda en tu vida. Esas aparecen cuando menos te lo esperas. Y poco a poco, tus decisiones se van haciendo más importantes (también más difíciles). ¿Qué hacer con nuestros estudios, con nuestro trabajo, nuestro futuro? Pero en realidad es , ¿qué es lo que creemos nos va a hacer felices? La vida de las personas se caracteriza por la búsqueda constante de la felicidad. Pero también por la evitación del sufrimiento (aunque en pequeñas dosis nos guste).


Esto no tendría nada de malo.... Pero es que no nos damos cuenta de cuándo somos felices. Nos amargamos intentando encontrar la felicidad como estado vitalicio y no somos conscientes de que tenemos periodos de felicidad, y los dejamos escapar como un suspiro. Esos momentos, hay que disfrutarlos, no intentarlos "encerrar" y tratar que nada cambie en nuestra vida, sino disfrutarlos, como el helado de las terrazas de verano. Pues queramos o no, el flujo de la vida continúa sin nuestro permiso, y las circunstancias cambiarán. Quién sabe, quizás para mejor.


Eso fue mi error. Intentar mantener un estado más o menos favorable durante mucho tiempo. Una situación tranquila en un determinado ámbito de mi vida (el de mis amigos) pensando que quizás nuestros cambios personales no influirían en nuestra relación. Pero ya lo habían hecho varios años atras. Y no me daba cuenta de que estaba viviendo uno de los momentos más felices de mi vida. Ahora soy consciente de que vamos arrastrando todas nuestras vivencias, que las mías (buenas o no tan buenas) me han servido para crecer como persona, conocer a gente estupenda y vivir con Juancar cosas que jamás había imaginado.


Ahora, pienso en el futuro, sigo haciendo planes (muchos de ellos con decisiones que marcarán muchas cosas), pero siempre pensando en el presente y disfrutándolo. Ya se dijo alguna vez :


"El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente"


Que a mí no se me escape...

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