
Aunque oficialmente el verano no empieza hasta dentro de una semana, la temporada estival ya ha llegado. El calor es insoportable y las piscinas ya han abierto (lo que significa que mi trabajo ha empezado también). Para mí significa que empiezan unos meses en los que trabajo 5 días de la semana y vivo los 2 restantes... Aguantar a los macarrillas que van a la piscina para tocarte las narices y que les pites, a los padres irresponsables que abandonan a sus vástagos porque se piensan que son nuestra responsabilidad, los abuelos que defienden a sus nietos con uñas y dientes, etc. Voy a echar mucho de menos mi antigua piscina donde me bañaba con los niños, me hacían fiestas y los vecinos me trataban como a una reina....Pero todo eso no me importa, porque este verano tengo algo que no tenía el pasado, algo que me da fuerzas para aguantar todos los días 8 horas al sol vigilando, algo que me hace sonreír como una tonta y hacer mil planes para cuando llegue en Julio... Y ese algo apareció el año pasado una día de trabajo en mi antigua piscina, y desde entonces siento que me han hecho el mejor regalo del mundo. Definitivamente, me encanta el verano, estoy deseando disfrutar este como nunca... Que se preparen las terracitas...